Los cuentos infantiles, no sólo sirven para entretener a los niños, sino que tienen la capacidad de transmitir valores importantes para su educación. Y compartir con nuestros hijos la hora antes de acostarse, contándoles un cuento, nos ayuda a establecer un vínculo afectivo con ellos. Durante este tiempo, y lejos de otras distracciones, los niños tienen toda nuestra atención, se sienten queridos y sin duda, también a los padres nos ayuda a relajarnos y dejarnos llevar por la magia de estas historias.
Hace mucho, mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
El niño trató de acertar el hechizo, y probó con abracadabra, supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario